domingo, 15 de febrero de 2009

¿Será mejor así?

Jamás voy a saber tu nombre, tu historia, tus gustos, ¿pero quién podría hacerlo? ¿Quién se animaría a intentarlo? ¿Realmente le interesa a alguien?
No, la mayoría de las veces poco importa. Morirá ahí. En un colectivo, en la fila del banco, o en cualquier lugar que nos junte las pupilas.
Y es eso nomás. La clave es la visión. No hay voz, ni oídos, ni olfato, mucho menos tacto. Simplemente los ojos que se apuntan, unos a otros, tal vez sin saber bien el porqué, y buscando ser esquivos por momentos.
Es divertido cómo giramos rápido la cabeza, fingiendo no mirarnos, como si nada estuviese pasando. Que, al fin y al cabo, eso será. Nada. Todo quedará en nada, o no más que un upa al ánimo.
Y termina. Pronto se termina. Ese amor inocente, fugaz, olvidable, dura lo que dura la fila de un banco, dura lo que dura un viaje en colectivo, y se siente lo que se siente un té en el invierno. Plácido, reestablecedor, pero poco perdurable.
Desde el vaso vacío, es mejor que así sea. Porque el dolor después se incrementa a cada pensamiento de las casualidades, a cada vuelta de página, y en cada soledad que seamos capaces de inventarnos.

7 comentarios:

  1. Una fugaz mirada puede esconder toda una eternidad de sentimientos. Quien sabe, si en un futuro cercano vuestra miradas coincidan de nuevo. Es como aquello de Cortázar: Andábamos sin buscarnos, pero asbiendo que andábamos para encontrarnos. Las miradas intensas nunca son causales.
    Saludos desde la Ventana de los sueños, blog litario.
    Por cierto, ¿eres el Duque de Dinamarca en recuerdo de Hamlet?

    ResponderBorrar
  2. Soy Anabel Botella... perdón, no eres Duque, si no Conde.

    ResponderBorrar
  3. Mi querido señor conde, ha sido todo un honor y un grato descubrimiento. ¿Le haría el honor a este caballero? Un saludo afectuoso, quedo de usted, etc.

    ResponderBorrar
  4. normalmente todo lo que leo de vos me divierte, y obviamente eso no es decir poco, pero este escrito tiene la particularidad de moverme los sentidos. me recorodo a esos enamoramientos fugases y a otros q por suerte la vida me ha hecho no sean tan fugaces.

    un besoton, facu.

    ResponderBorrar
  5. Antes de que algún nuevo visitante lo pregunte, o a alguno viejo le dé curiosidad: No, lo del Conde de Dinamarca no tiene más sentido que el de un delirio entre amigos.

    Gracias, vuelva pronto :D.

    ResponderBorrar
  6. El otro día me pasó... un chico en el tren escuchando música con su mp3... tenía una remera de los Beatles. Me vió, lo ví, nos vimos y nos hicimos los que no nos mirábamos, pero ambos sabíamos que sí nos habíamos visto.
    Se bajó antes que yo y sentí desilución... no sé porqué, ya que tengo novio y no ando buscando otra cosa.
    Supongo que en esos momentos uno crea una pequeña vida, está el tipo al que no soportamos, la persona a la que amamos, nuestro lugar que sería como nuestra pequeña casa... es un momento muy bizarro que se termina rápido.

    Por cierto, para saber de dónde vienen mis visitantes, uso las herramientas para webmasters de Google:
    www.google.com/webmasters/tools/?hl=es ;-)

    ResponderBorrar
  7. Sigo teniendo pendiente escribir acerca de eso, que es de las cosas más inexplicables y alucinantes que nos sucedes si estamos un poquito atentos: los amores de colectivo.
    Y sí, en ese momento uno crea una pequeña vida, un mundito con esa persona que creemos percibir, un presente, un futuro, un supuesto destino; pero nunca lo intentamos, y nos queda la duda, que dura quizás una parada más después de que baje, o hasta pisar la vereda.

    ResponderBorrar

¿Dónde estabas el domingo 12 de Septiembre a las 15:30?