jueves, 5 de marzo de 2009

Reproche al nudo

Dame vuelta la cara de un tortazo, de la misma manera que me das vuelta el mundo.
Rendite ante mis labios, presurosos de los tuyos, y no dejes que nada me despierte.
Pero por favor, no vuelvas a hablarme de independencia.
Ni intentes volver a nombrarla si no estás al tanto de los huevos que hay que tener para poseerla.
No lo hagas si no estás segura siquiera de cruzarme la mirada para decir NO.
No quieras pregonarla si no conocés la valentía del arrepentimiento, el sabor que tiene el orgullo al pasar por la garganta.
Ni oses querer engañarme con que es sinónimo de ausencia, con la calumnia de la falta de respuestas, o con la falacia del olvido selectivo.
Yo no te pongo las manos en el cuello, yo no te ato las muñecas, yo no te pongo una daga en la yugular pretendiendo que leas mis palabras. Sería artificial, y sigo pretendiéndote natural. Sólo pido un momento. Ya lo hice.
Introducción, nudo y desenlace. Casi que únicamente te estoy pidiendo que me ayudes a desatar.
Me encantaría que terminemos tomando cada uno un extremo de la cuerda, pocas cosas me harían más feliz. Pero hoy, por primera vez, pude escribirte el reproche que merecías. No siempre la culpa la tengo yo.

3 comentarios:

  1. sin palabras. Que duro estuviste.
    que entretendido el jueguito, hice 75 puntos.

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  2. aiaia... es preciosoo.. me encantoo..
    nonono, no tengo palabras! me dejaste muda, y mira q es complicado..
    te veo ositoo.. JA JA!

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